Vídeo prueba con el Mazda CX-60 2023 híbrido enchufable | Actualidad Motor

2022-09-17 09:08:44 By : Mr. Spring Shao

Diego Ávila | 12/09/2022 19:00 | Actualizado el 13/09/2022 13:14 | Pruebas y Reportajes , SUV

Mazda nunca deja de sorprendernos. La marca japonesa acaba de poner a la venta el nuevo Mazda CX-60, un producto que navega contra el viento y marea del sector. Donde hay downsizing ellos dicen motores de alta cilindrada sin turbo. ¿Que todos apuestan por motores transversales? Mazda longitudinales y propulsión trasera. ¿El diésel está acabado? Desarrollan uno nuevo de 3.3 litros y seis cilindros…

Poco a poco vamos a hablar de todo esto a lo largo de la prueba. Y es que nos hemos desplazado hasta Alemania para conocer el nuevo Mazda CX-60 en su presentación internacional. Se trata de un coche que mira a los ojos y desafía a los alemanes premium Audi Q5, BMW X3 y Mercedes GLC, así como al escandinavo Volvo XC60. Vamos a conocerlo.

Antes de entrar en detalle es importante destacar que este producto se posiciona como el buque insignia de Mazda. Estrena una nueva plataforma para vehículos grandes, motorizaciones totalmente nuevas, entra en el segmento D-SUV y, además, se trata del primer híbrido enchufable que la marca de Hiroshima fabrica para Europa.

Como decíamos, el nuevo CX-60 es un modelo SUV. Apuesta por una carrocería elevada y las habituales formas de los todocamino, incluyendo protecciones inferiores en algunos acabados, mientras que en los más equipados se utiliza el mismo tono de la carrocería o un negro brillante para generar más contraste.

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En cuanto a los rasgos principales, se muestra con una presencia muy elegante, recurriendo a la imagen de marca común en los modelos de la compañía. Me refiero a detalles como la gran parrilla con el ala inferior que la sujeta, el estilo de los faros delanteros y pilotos traseros y a las líneas limpias.

La parte trasera también es sencilla, aunque es cierto que las dobles salidas de escape falsas con el detalle cromado no son muy de mi agrado, más aún tras agacharme y ver por debajo del paragolpes que cuenta con una salida de escape a cada lado. ¿Por qué no aprovecharlas y tener que andar con simulaciones? Nunca lo entenderé.

No quiero dejar pasar por alto la vista lateral, donde más allá que las llantas de generoso tamaño, llama nuestra atención el largo capó para albergar esos motores de seis cilindros longitudinales, dejando el habitáculo en una posición más retrasada de lo habitual.

Sea como fuere, echemos un vistazo las principales medidas exteriores de este nuevo Mazda CX-60. Sus dimensiones son 4,75 metros de largo, 1,89 de ancho, 1,68 de alto y su batalla es de 2,87 metros.

Creo que de todo el coche la parte que más me ha gustado es el interior. Destila calidad gracias a los buenos ajustes, a unos materiales top en prácticamente cada rincón y al buen ambiente que se respira en el habitáculo. Además, todo muy intuitivo, sin distracciones, sencillo y bien elaborado.

Especialmente en el acabado Takumi con el interior en blanco, las inserciones en madera blanca y la banda de tela que recorre parte del salpicadero y las puertas. Además, los asientos ventilados, calefactados y con ajustes eléctricos aportan un plus en comodidad, tanto por estos gadgets como por su forma y la manera en que nos acogen. También por el gran tacto del volante.

A nivel de tecnología, cuenta con dos pantallas de 12,3 pulgadas. La del cuadro de instrumentos no tiene miles de configuraciones, pero toda la información está en su sitio y fácilmente visible, que es de lo que se trata. Mientras, la central del sistema multimedia cuenta con gráficos grandes y menús intuitivos, los cuales se controlan desde el joystick circular que tenemos en la consola central.

Un detalle que debo destacar es que el control de la climatización es totalmente independiente de la pantalla, con una botonería sencilla, bien resuelta con un tacto agradable. Personalmente me parece todo un acierto, pues no tenemos que desviar la vista de la carretera durante varios segundos para variar un grado la temperatura como sí ocurre en otros fabricantes.

Donde me esperaba un poquito más es en el apartado de espacio interior. Ojo, no es un coche pequeño, pero creo que con 4,75 metros se podría haber aprovechado un poquito mejor el espacio para los ocupantes. En las plazas delanteras no hay ningún problema, aunque no hubiera estado demás tener un poquito más de capacidad en los huecos portaobjetos.

Para la segunda fila tenemos una puerta que abre prácticamente 90 grados, lo que está muy bien, pero es cierto que el paso de rueda posterior puede entorpecer un poco el acceso a personas con menor movilidad; aunque tampoco es algo exagerado.

Una vez dentro, hay espacio suficiente para que cuatro adultos de 1,80 de altura viajen cómodamente, pero no mucho más. Es ahí donde esperaba un poquito más del Mazda CX-60. Concretamente al espacio para las rodillas y para la cabeza. A partir de ese 1,80 o 1,85 ya no habrá tanta sensación de desahogo, aunque es justo decir que la unidad en la que lo hemos comprobado tiene techo panorámico que siempre resta un poco de distancia para la cabeza.

Por lo demás, existe un reposabrazos central con dos posavasos, salidas de aireación orientables (sin control de temperatura), tomas USB además de un enchufe convencional de 220 V, un túnel de transmisión poco intrusivo y un destacable nivel de acabado en los tapizados de las puertas y asientos. Ah, se me olvidaba, el respaldo trasero también se puede ajustar en dos posiciones para viajar más relajados.

En cuanto a la capacidad de carga, el maletero del Mazda CX-60 cubica 570 litros (incluyendo el hueco bajo el piso). Es un volumen más que correcto, especialmente si tenemos en cuenta que hablamos de un híbrido enchufable, donde las baterías suelen penalizar en ese sentido.

Como en este coche las baterías del sistema híbrido van entre los dos ejes de ruedas no repercuten en el maletero, de tal modo que tanto este PHEV, como en los próximos gasolina y diésel, el volumen siempre será de 570 litros. Sin duda, un plus de practicidad porque, además, las formas son muy regulares. Volviendo a la calidad, los tapizados vuelven a ser destacables por su agrado al tacto y visualmente.

Pasamos al apartado mecánico. Antes de hablar de los motores, es importante mencionar que el Mazda CX-60 estrena una nueva plataforma más rígida y muy evolucionada, recurriendo a suspensiones independientes multibrazo en el eje trasero. Dicha plataforma será utilizada también por el Mazda CX-80, que será más grande y con tres filas de asientos, para cuyo inicio de comercializaciones quedan todavía varios meses.

Y ahora sí, hablemos de motores. La versión PHEV es la encargada de hacer debutar a este coche. Se compone de un motor de gasolina 2.5 litros atmosférico con 190 CV y un propulsor eléctrico de 191 CV, el cual se alimenta de una batería de gran tamaño con 17,8 kWh de capacidad bruta. En conjunto hablamos de nada menos que 327 CV y 500 Nm de par motor, además de una autonomía eléctrica homologada de 63 kilómetros.

En las primeras semanas de 2023 llegará la esperada versión diésel. Sí, mientras los motores de gasóleo están siendo demonizados, llega Mazda y presenta un bloque de nuevo desarrollo con seis cilindros, longitudinal y 3.3 litros cubicaje. Has oído bien, un diésel de tal cilindrada en 2023. Estará disponible con propulsión trasera y 200 CV, así como con tracción a las cuatro ruedas y 254 CV. Al final de este artículo podéis consultar las versiones y precios.

Si lo anterior te parece raro, con esto vas a alucinar. No contentos con el diésel, también va a llegar en la segunda mitad de 2023 una mecánica de gasolina. ¿Turbo y downsizing? Nada de eso. Han creado un 6 cilindros, 3.0 litros y admisión atmosférica. ¡Sí, sin turbo! Por el momento se desconocen las prestaciones y más detalles técnicos, pero tiene muy buena pinta.

Todas las versiones, independientemente del combustible, vienen con cambio automático de 8 marchas. Además, las variantes de gasolina y diésel estarán microhibridadas a 48 voltios, por lo que llevarán la pegatina Eco de la DGT en el parabrisas.

Y visto todo lo anterior, llega la hora de pasar a la práctica y conducir el nuevo Mazda CX-60 híbrido enchufable. Recuerdo que es una presentación en la que además hemos grabado vídeo, por lo que no vamos a tener en cuenta los consumos de combustible. Pronto lo traeremos de nuevo para hacer una prueba a fondo y evaluar bien esos detalles.

Ajustamos eléctricamente el volante, los asientos y los espejos, ponemos la D en el ergonómico selector del cambio y a rodar. Lógicamente, como tenemos carga en su batería de 17,8 kWh, el coche se mueve en modo eléctrico a baja y media velocidad. A ello hay que añadir que con el pulsador del Mi-Drive (modos de conducción) podemos forzar el modo eléctrico. La respuesta es suave, pero potente.

Recuerda que el motor eléctrico desarrolla por sí sólo 191 CV y 261 Nm de par, por lo que hay fuerza más que suficiente.

En cualquier caso, lo primero que percibimos es que la dirección asistida tiene un peso notable, algo que se agradece y que parece estar perdiéndose últimamente. Además, el volante tiene buen tacto y el grosor adecuado, siendo sus botones muy intuitivos.

A partir de ahí, sentimos que la suspensión tiene una clara orientación al confort. ¿Por qué? Pues porque pese a calzar llantas de 20 pulgadas filtra muy bien los baches y tapas de alcantarilla, pero también se nota que el chasis tiene una gran rigidez estructural. Por otro lado, el silencio de rodadura es destacable.

Menos me ha gustado el tacto del pedal de freno. Se siente firme y relativamente duro al pisarlo, pero una vez más electrificación, por la recuperación de energía, hace que se pierda cierta modularidad en la frenada. Esto es algo que ocurre en todos los coches híbridos, microhíbridos y eléctricos del mercado que he probado.

Una vez salimos a carretera, el Mazda CX-60 vuelve a sentirse como un coche cómodo, aunque tal vez demasiado. Las suspensiones tienen un tarado relativamente blando y si realizamos maniobras bruscas o vamos a un ritmo rápido, se sienten las inercias.

Y es que una de las pegas de este modelo es su peso, superando los 2.000 kilos en esta variante híbrida enchufable. Tal vez una suspensión adaptativa y configurable con los modos de conducción hubiera venido bien, pero lamento decirte que no está disponible en este coche.

En cuanto a la respuesta del conjunto propulsor, no debe asustarnos la cifra de 327 CV y 500 Nm de par. Su entrega es muy progresiva, aunque más viva cuando seleccionamos el modo Sport. De nuevo, estos detalles reflejan la clara orientación confortable y de buen rodar que busca Mazda con este coche.

Claro, que si aceleramos fuerte, el coche responde. En autopista rueda sin problemas a velocidades normales, pero tampoco se achanta a ritmos que en España serían sancionables aunque en las envidiables Autobahn alemanas sin límite de velocidad son totalmente razonables. Al acelerar a fondo el motor de gasolina muestra su despertar con su sonido, pasando más desapercibido una vez la velocidad se estabiliza el cambio automático de 8 marchas escoge la relación adecuada para no penalizar en consumos.

Posteriormente salimos de la autopista para ir a carreteras de segundo orden, donde en las curvas más reviradas se deja notar ese exceso de peso y vuelven a aparecer inclinaciones. La dirección es lo suficientemente precisa y rápida, pero la carrocería tarda en apoyar algo más de lo que nos gustaría. Eso sí, estoy hablando de cuando vamos a un ritmo rápido, pues en una conducción normal apenas será apreciable.

El único pero en este apartado es que hemos notado algún que otro tironcito brusco en aceleraciones, que creemos que provienen de la caja de cambios.

Y visto todo lo anterior, queda claro que el Mazda CX-60 es un coche de calidad pero a diferencia de otros modelos de la marca, no busca el mejor tacto y dinamismo, sino tratar a los ocupantes con mimo. De este modo, podríamos decir que es un coche muy interesante para familias, donde se prima la comodidad y practicidad antes que las altas dosis de adrenalina.

Si nos ponemos a pensar y a comparar con sus cuatro rivales principales, el Mazda se asemeja más al Volvo XC60 que a los Audi Q5, BMW X3 y Mercedes GLC. En resumen, tiene una apariencia elegante, mucha calidad en su construcción, buena tecnología y apuesta por el rodar suave antes que por la deportividad.

En comparación con estos contrincantes en versiones híbridas enchufables, el japonés es notablemente más económico y no tiene que envidiar nada a ninguno en lo relativo a ensamblaje, pero penaliza ligeramente en el espacio de las plazas traseras. Bajo mi punto de vista, es un producto muy interesante y es de agradecer que alguien llegue a batirse con los poderosos premium habituales.

Sin embargo, y aunque no podemos decir que sea caro respecto a ellos, tiene su propio rival en casa. No es ni más ni menos que el Mazda CX-5. Sí, no tiene las novedades que aporta este CX-60, ni el nivel de calidad tan alto o las prestaciones, pero no queda lejos y, el detalle clave, cuesta casi 20.000 euros menos…

Personalmente, me compraría el Mazda CX-5 aunque no tendría la opción de optar a la etiqueta Eco o Cero Emisiones de la DGT. Por cierto, por si no lo sabías, la marca de Hiroshima ya ofrece 6 años de garantía en todos sus vehículos.

Más información sobre este modelo

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