El olor a gasolina, a aceite de mezcla, el ruido de los escapes y motores, un sinfín de sensaciones que con los ojos cerrados nos permiten describir perfectamente el entorno. Y es que sin mirar, sabemos lo que está pasando en el circuito y lo que el piloto está haciendo en cada momento. Pero la electrificada crossera Stark Varg nos abre otro nuevo camino, otra alternativa futurista de silbidos inodoros.

La empresa sueca Stark Future, dirigida por Anton Wass -el fundador de la exitosa tienda online 24MX- y afincada en Barcelona, propone empezar de cero. Wass no quiere evolucionar un producto, sino ofrecer algo radicalmente nuevo, no solo tecnológicamente, sino también en la práctica. Y es que se nos abre un nuevo mundo en la práctica del Motocross, con otras sensaciones; dentro de la pista tendremos otra percepción que hasta ahora desconocíamos, desde el primer golpe de gas, la frenada, el paso por curva o volando en un salto, todo va a ser diferente. Cuesta explicar como todos nuestros sentidos reciben unos nuevos ‘inputs’ que interpretaremos de forma distinta en el circuito, conociendo otra nueva dimensión, una e-dimensión.   

Las primeras imágenes de la Stark Varg me hicieron dudar de si realmente podríamos estar ante una genuina y verdadera moto de MX. Más tarde, en los videos de acción con Sébastien Tortelli y Josh Hill como responsables de desarrollo mostraban una moto competitiva, ágil, potente y manejable. El lugar elegido para la presentación ha sido en el Circuito MX Golf Park cerca de Sant Feliu de Codines. Este es un circuito perfectamente regado, fresado y con todo tipo de variantes para testar las casi infinitas posibilidades que nos anuncia el fabricante. Cuesta decidirse por dónde empezar, en la primera apreciación observamos que no hay maneta de embrague, ni palanca de cambio, unidades sin freno en el pie y con el freno a la izquierda del manillar, y sin depósito, escape, radiadores, bueno, bueno… Una máxima simplicidad a lo que no estamos acostumbrados.

Una vez sentados la posición es la de siempre, la conocida, altura standard, distancia a estribos y manillar habituales, pero con la novedad de que nada molesta ni sobresale, muy estrecha de chasis, con asiento largo y plano y manillar cómodo. Solo tendremos para distraernos un freno delantero y en esta primera toma, en el pie, nada más, así de simple, ¡ah! y el gas, mucho gas.

Una vez en marcha conoceremos otras nuevas sensaciones hasta ahora desconocidas, es otro nivel. La impaciencia en probar el motor deja de lado la parte ciclo. La primera sensación de acción-reacción es inmediata, la motricidad es lineal, progresiva y sencillamente brutal, pero con una diferencia substancial, se adapta a todas las situaciones y superficies, con una gran agilidad. Aquí observamos una de las grandes diferencias, posiblemente la que más importancia tiene en la pista, una mayor velocidad en el paso por curva, una mayor capacidad de control en todo momento. Esto se debe a que ya no tendremos que utilizar ni cambio ni embrague. El tener que estar solo pendiente del gas y del freno nos obligará a gestionar con cabeza lo rápido que resulta llegar de una curva a otra. Además,  la conducción se vuelve más fina y avanzas más metros en mejores condiciones.

Por lo que a las ayudas se refiere, no resultan intrusivas y en definitiva, los trabajos y esfuerzos en pilotar una moto de combustión te los ahorras y los inviertes en un pilotaje más fino y más eficiente. Su franja de utilización, variando potencia (hasta 80 CV), freno motor y control de tracción, la convierte en la máxima expresión en el mundo del motocross. 

Hoy por hoy no tiene competencia: es adaptable a cualquier nivel de pilotaje, a cualquier forma de pilotar, a cualquier circuito. Su efectividad es máxima. Con la vista y el puño leeremos el terreno, donde las zonas duras se pasan con gran adherencia y soltamos y damos lo necesario para no perder la línea. En zonas blandas el golpe de gas es potente, la rueda trasera muerde y avanza sin descontrol. Otra faceta que sorprende de la Stark Varg son las consecuencias en errar un cambio de marchas, un inesperado derrapaje o una frenada con muchos baches. Son en estas condiciones donde solo los pilotos top saben sobresalir, para hacer que el motor recupere su velocidad.

Debemos resaltar que Stark Future quiso evitar que nos dejáramos llevar por unas erróneas sensaciones que nos prestaran a confusión. Por eso, pusieron a nuestra disposición una de cada de las unidades 450 que se encuentran en el mercado. De esta forma, la comparativa sería perfecta, mismo día y mismo circuito, un lujazo. Esto ayudó en gran manera a analizar todos los parámetros, sobre todo los de la parte ciclo, prácticamente similar a las motos de gasolina. La Varg e-Mx carece totalmente de vibraciones. Ya no tendremos esa desagradable sensación en estriberas  y puños, esto se agradece en un chasis bastante rígido. Además, la combinación de fibra de carbono y aluminio con un motor y batería en bloque hace que el comportamiento sea muy preciso. Sin embargo, esto nos obligará a tener una conducción mucho más perfilada y predecible para no chocar con las crestas, aunque sean pequeñas.

Las suspensiones Kayaba, con respuesta muy «YZF», estaban perfectamente puestas a punto para mi peso y pilotaje. Cumplieron muy bien su cometido, absorbiendo bien pequeñas irregularidades y grandes impactos sin desagradables rebotes. Esta menor flexibilidad junto a su motor sencillo, hacen una moto mega controlable en las roderas, cambios de trazada y en el aire. Los saltos eran la gran duda antes de empezar a rodar. No sabíamos su reacción con el gas a la hora de compensar y nivelar la moto, pues es muy similar a una 450, pero recuperando la rueda delantera con mayor rapidez. Es muy previsible y equilibrada entre curvas, mientras que su estabilidad  y aplomo a alta velocidad es sobresaliente.

En mi caso no hice suficientes vueltas para tener plena confianza, pero encontré una mayor soltura de movimientos. El mecánico no estuvo más de diez minutos en cambiar la posición. El conjunto Brembo es conocido por todos, tiene buen tacto y potencia y no nos dio ningún síntoma de fatiga aun teniendo poca retención de freno motor. La Stark Varg camina por la fina línea de ser la más potente moto de MX y no llegar al desastre, que sería lo normal en una moto de gasolina con 80 CV. La curva gradual de entrega de potencia hace que sea hoy por hoy, lo más cercano a la perfección.

Pero aun así, podremos configurar a través de su instrumentación la entrega de potencia, la cantidad de freno motor o el tacto del puño de gas, además de disponer de geolocalización, navegador turn by turn, grabación de rutas, laptimer… El cliente también puede elegir entre rueda trasera de enduro (18″) o motocross (19″); en la suspensión la puede preajustar a su peso con intervalos de 5 kg entre 65 kg y 100 kg, además puede escoger entre los colores rojo, blanco o gris sin coste.

Afortunadamente estamos al inicio de una nueva alternativa para los circuitos de motocross. Para el 2023, Stark Future empezarán su distribución; motos con otro concepto de mantenimiento, en las que no habrá filtros de aire que limpiar o aceites que cambiar. Además, habrá menos tornillería que repasar, que harán que haya menos averías. Aunque por otra parte, se deberá cargar la batería, entre una y dos horas, y aquí alguien tendrá que poner los medios. Encontraremos partidarios y detractores, pero no podremos negar que Stark Future ha roto los moldes del motocross.

La clave está en ofrecer un producto que sea mejor que todo lo que existe en el mercado, con una tecnología suficientemente madura, pero esto solo tendrá validez cuando los pilotos puedan afirmar que la Varg es la más potente, la más eficaz, la más manejable y la más fácil de pilotar. Todos los que estamos en el mundo de motocross no hemos conocido otra cosa que los motores de gasolina, 2T o 4T. Ahora solo cabe pensar como será una parrilla de 40 pilotos oyendo solo el silbido de los electroventiladores.

Tiene una increíble motricidad, un gran paso por curva, ofrece múltiples reglajes, y tiene un bajo mantenimiento casi nulo. Su estética, equilibrio y dinámica es brutal.

De momento no hay puntos de recarga en los circuitos de MX, tiene mucha rigidez, el caballete lateral extra cuesta 100 euros, la batería no es extraíble para poder tener una segunda unidad recargada.

Está a la altura de cualquier crossera de gasolina de 450 c.c. y las supera en muchos apartados como motricidad, velocidad en paso por curva, en estabilidad y en ergonomía. Eso sí, aguanta 40 minutos a tope y después toca recargar.

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